Te amo: soy tu guía y te amo.

Veo como te levantas cada día y te amo con legañas, despeinada y adormecida porque yo sólo veo Luz.

Te acompaño todo el día, poniéndote señales para que veas el camino y mandándote guiños que te hagan sonreír.

Me encanta cuando sonríes. Cuando tú sonríes yo río contigo, y cuando lloras o estás triste, de alguna forma, yo también sonrió porque sé que a lo que dais importancia en la Tierra, en realidad no la tiene...y algún día lo comprenderás.

A veces, bailo a tu alrededor para elevar tu energía y yo sé que me sientes, por las noches cuido tu sueño y estoy siempre contigo.

Te ayudo en todo lo que me permites, pero dejo que te equivoques cuando tienes que hacerlo, sino, no aprenderías nada aquí.

Mi primera norma es tu libertad, la libertad de tu alma. Pero te ayudo a elevar tu consciencia de tal forma, que consigas reírte de tus problemas, elegir el camino más luminoso, ver la solución o permitir que ésta llegue a ti.

Yo conozco todos tus dones y sé qué clase de alma eres. Te he acompañado en todas tus vidas y lo haré en las siguientes. A veces me has visto en sueños pero no has sabido quién soy, nuestras energías están ligadas para siempre.

Yo te amo hasta cuando odias, sientes miedo o rabia. Te perdono todo lo que tú no te perdonas a ti misma y te ayudo a liberar. Pues te amo infinitamente, de una manera no humana, te amo de una forma que no puedes imaginar.

Del Libro "Más allá de la Tierra", texto canalizado por Irma Fernández